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Converted by Falcon Hive

Miro a la derecha, a la izquierda... y no hay nadie chateando, ni viendo páginas porno de esas con mil pop-ups (sigue habiendo gente que no tiene ni puta idea de buscar porno en internet, pringaos), ni gastandose las monedas para jugar a un solitario en flash, una de las actividades más absurdas de todos los tiempos. Pues sí, como habreis adivinado hace horas, tengo internet en casa. Adios ciber de la esquina con Kiss FM.

Viendo que mis constantes promesas de escribir más a menudo se están yendo al sitio en el que los bricks de leche conviven con los discos de Enrique del Pozo, voy a proponerme firmente lo contrario: De hoy en adelante voy a escribir lo menos que pueda. Lo cierto es que como poco escribiré lo mismo que ahora, pero al menos seré un tipo que cumple su palabra.

Del último post a hoy o lo que es lo mismo, en la última semana, lo más digno de cita...

Concierto de Prodigy. Vale, hay más playback que en una actuación de Música Sí, pero cuando suena Smack my bitch up el mundo se ve de otra forma. Me sentí como si tuviera 16 años y estuviera yendo a mi primer concierto.
En el capítulo de sordideces pre-concierto, un viejo de canosas y venerables barbas que estaba sentado en la zona de la mesa de mezclas hacía pequeñas pausas en la lectura de su libro para sacarse un dosificador del bolsillo y ponerse una puntilla de farlopa en la mano.
Dos señoras absolutamente borrachas se pusieron delante mio chillandose la una a la otra para segundos después empezar a morrearse sin demasiados traumas. Minutos después, una de ellas (ver foto) se dio la vuelta y a los pocos segundos tuvo a bien acariciarme lo que en SEUR entienden como PAQUETE, claro que la cosa no duró más de 7 décimas porque cuando la tia vio el careto que le puse me pidió perdón y se marchó abochornada.
Otra cosa absurda fue un chaval de 20 años que estaba con su padre, un pijo peinado a raya con un jersey blanco colgando del cuello. A los 4 segundos de empezar el concierto tiraron un mini de cerveza y le cayó entero. Entero.

24. Una de las cosas más perfectas que he visto dentro de las 4 esquinas de un televisor es esta serie. Nos han dejado los DVDs de la primera temporada y realmente estamos que no podemos más. Somos fans. No, somos MUY FANS. Refo sé que ha hablado maravillas de 24, pero hasta que no termine la temporada no lo voy a leer por cuestiones de virginidad informativa.

Rastro. Pues eso, que después de 8 años sin ir me he acercado al Rastro y me ha dado muy buen rollo... está como siempre, y eso es algo que yo suelo agradecer mucho de los lugares que me gustan. A la vuelta me he encontrado por la calle con mis padres (!!) y hemos comido juntos y me ha encantado. Se les veía muy felices, como siempre.
A la vuelta he ido andando a casa pasando por el Palacio de Oriente y de repente me he visto allí, en un sitio tan amplio, tan lleno de gente contenta... y yo con el iPod sin batería. Durante 10 minutos me he sentido muy solo, después vuelta a la normalidad.

Por cierto, que el célebre link de Jesús 2000 y todos los demás coleguis de centro-derecha fue cortesía de mi amigo Raúl, que me olvidé comentarlo el otro día. Gracias muyayo.
[Escuchando: Shame - PJ Harvey - Uh Huh Her (2:33)]

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